Rezar, soplar, cantar: análisis de una lengua ritual desde la etnografía de la comunicación

Reseña de: GARZÓN CHIVIRÍ, Omar Alberto (2002). “Rezar, soplar, cantar: análisis de una lengua ritual desde la etnografía de la comunicación”. En Forma y Función No. 15. Universidad Nacional de Colombia. Departamento de Lingüística. Pgs. 119-140.

 

Desde la etnografía de la comunicación, el estudio de una lengua requiere una mirada de las condiciones sociales y culturales bajo las cuales ésta se realiza. Estos son los parámetros que el autor toma para hacer el análisis de la lengua ritual de la toma del yagé en la comunidad indígena kamsá. El autor divide el texto en tres grandes partes: en la primera parte describe el estado actual de la comunidad, en la segunda parte hace la descripción del evento comunicativo y al mismo el análisis de este, y finaliza presentando las conclusiones obtenidas del trabajo realizado.

Aspectos generales de la sociedad kamsa

El autor afirma que los kamsá están haciendo intentos por adelantar un proceso de revitalización lingüística, buscando darle la importancia social, cultural y política a su lengua. Estos intentos se evidencian más en espacios públicos como la escuela, el colegio bilingüe y el cabildo, intentando llegar a los hogares. El pueblo kamsá se ubica en el piedemonte amazónico, en las estribaciones de la cordillera de los Andes, en el Valle de Sibundoy. Los kamsá comparten territorio con la comunidad indígena inga, esta situación de cercanía ha llevado a que los kamsá adquieran costumbres de los ingas, caso particular, la adopción de la lengua ritual de los ingas, utilizada en el ritual de la toma del yagé por los kamsá.

La lengua del yagé, es una lengua ritual utilizada por los médicos tradicionales para la realización de curaciones en donde se usa el yagé, el yagé es una planta que crece en las selvas de la Amazonia, es una plata que se le otorgan propiedades curativas utilizada por los indígenas desde tiempos remotos. Esta lengua ritual es utilizada únicamente en prácticas medicinales relacionadas con el yagé, el evento comunicativo además de tener una lengua particular (lengua perteneciente a otra comunidad) presenta rasgos de carácter paralingüísticos, como música, inflexiones de voz, soplos y silbidos.

La lengua ritual es considerada por los médicos tradicionales kamsá e inga como la lengua que permite la comunicación con las fuerzas espirituales del yagé a través del uso ritual que se hace de ella. Esta lengua presenta dentro de la comunidad un alto estatus, ya que es de dominio de los “taitas” o médicos tradicionales, personas de alto respeto dentro de la comunidad, al respecto el autor dice: “muestra como una forma de habla (formas de discurso) corresponde al uso de unos códigos particulares que son empleados para distinguir un conjunto de actividades dentro del grupo, en este caso los que se denominan ikar wismalat (conocedores del ikar)”.

Evento: soplar, cantar, rezar

Descripción de un ritual de yagé de la comunidad kamsá del alto putumayo (Sibundoy)
Es necesario realizar una descripción del evento comunicativo, para este caso la situación en la que se utiliza la lengua ritual, para establecer las pautas de relación social, cultural y comunicativa que condicionan el uso de la lengua.

El evento comunicativo de la “toma del yagé” tiene unos elementos primordiales, con los cuales podemos determinar las características que nos hacen diferenciarlo de otros y atribuirle su particularidad, entre estos están: los límites espacio temporales (internos y externos), los aspectos secuenciales de evento que corresponden al conjunto de escenas del ritual, la descripción y caracterización de los participantes y el conjunto de interacciones verbales y no verbales que involucran géneros discursivos como los rezos, los cantos y los soplos.

El autor define estas características de la siguiente forma:

  • Límites espacio-temporales

Los límites externos son los que delimitan en el espacio y en el tiempo el evento en cuestión, respecto a otros sucesos e interacciones que puedan suceder antes, durante o después de él. Los límites espaciales externos delimitan la región espacial, en que un evento dado tiene lugar. Los límites temporales externos son aquellos que delimitan el inicio y el fin de un evento dado. También se presentan unas marcas particulares (el autor las llama claves) que muestran a los participantes que el ritual se ha iniciado y que ha finalizado.
Los límites espaciales y temporales internos, se relacionan con el tipo de escenas que se van dando dentro del evento que determinan y autorizan el lugar que ocupa cada participante. En el caso particular de la toma del yagé el “taita” (anciano sabio y muy respetado de la comunidad) es quien dice dónde va cada persona ubicado para el ritual, entre más cercana la relación con el taita o más experiencia con la toma, va a estar más cerca del taita.

 

  • Las escenas

Son cada una de las partes más relevantes en las que se divide el evento, para este evento en particular el autor propone y analiza las siguientes escenas: el preludio (inicio de la sesión), el ofrecimiento de la bebida, el conjuro, el reposo, la chuma (la curación) y el cierre. Cada una de estas escenas se determina por unos géneros discursivos particulares en las que se hace uso de la lengua del yagé.

 

  • Participantes

Dentro de un evento comunicativo hay dos aspectos de suma importancia que se deben tener en cuenta, el primero se asocia al campo social, que es el lugar donde se desarrolla el evento. En este lugar se desarrollan situaciones específicas que demandan usos específicos de formas comunicativas. El segundo aspecto está relacionado con el principio de jerarquía que determina el conjunto de relaciones entre los participantes del evento lo que permite, que lo dicho por alguien y la manera en que lo dice, adquiera validez. Esto implica que los participantes de un evento, reconozcan y validen un grupo de reglas sociales y comunicativas, las cuales deben estar constituidas por principios de validez y pertinencia social.

Dentro del evento de la toma del yagé se establecen las jerarquías internas, siendo el taita el que constituye la figura jerárquica central dentro del evento, es a partir de él que se establecen las demás relaciones. Esto implica que el taita tenga la potestad de la palabra, en el caso particular de este evento, el enfermo pone en manos del taita la posibilidad de ser curado y el taita pone todo su conocimiento para que el ritual sea efectivo. El taita es quien lleva el ritmo del evento y le otorga algunos privilegios a las personas más cercanas a él.

 

La interacción: señales verbales y no verbales

El autor plantea entre las interacciones verbales y no verbales las siguientes: el soplo, que es la energía del “sabedor”, del taita. Es el medio por el cual se deposita en el otro una determinada intención, el taita puede sanar, conjurar un objeto, limpiar el aura o por el contrario hacerle daño (brujear). Con el soplo se conjura, se limpia, se da fuerza. Pensar en el soplo, es pensar en la palabra soplada.

También se encuentra el canto, el cual hace parte de un conjunto de alianzas del saber que establecen taitas de diferentes comunidades para la realización de su trabajo. La función pragmática del canto es poder servir de puente entre el chamán o taita y las fuerzas del yagé. Esto hace que el canto sea un género discursivo de carácter heterogéneo y en permanente transformación cultural. El canto está ligado a otra característica denominada por el autor como el extrañamiento de la lengua, en donde la intención es la de no ser comprendido y al mismo tiempo quien escucha no quiere comprender.

El rezo es otro género discursivo puesto en escena por el taita, para llevar a cabo el acto curativo. Es la palabra rezada que tiene como finalidad convocar pedir y conjurar. El taita es quien convoca y de acuerdo a la fuerza de su palabra, es la efectividad de su llamado.

Se convocan fuerzas que se requieren para producir el efecto curativo, cuando se utiliza para pedir tiene carácter de demanda. El rezo implica que el cuerpo adopte una posición de oración donde están involucradas las manos, la cara, los ojos y la boca. Estas características que acompañan al rezo, implican que la fuerza resida no solo en su expresión y contenido lingüístico sino también en las acciones corporales que acompañan su ejecución.

El texto finaliza con algunas conclusiones en donde se hace énfasis en que la propuesta teórico-metodológica de la etnografía de la comunicación permite un análisis acertado de un evento comunicativo en donde se hace uso de una lengua ritual.

La designación que se hace de una lengua, corresponde por una parte, a los ámbitos comunicativos en los cuales esta se realiza. Estas denominaciones están dadas por el análisis que hace el investigador de las situaciones comunicativas en donde se emplea la lengua y por el nombre que los mismos hablantes le dan a estas lenguas.

Queda explicito que el carácter de uso de la lengua se da en el campo comunicativo. Su valor de uso y la valoración de la misma, está determinado por los usuarios, por los saberes que esta condesa y por el campo social y cultural en el cual se realiza. Por tanto, las nociones de Discurso, Competencia Comunicativa y Evento Comunicativo, al ser empleados en el análisis de una lengua deben ser entendidos desde la complejidad de los acontecimientos comunicativos.

 

Bibliografía citada y consultada:

Garzón Ch.  Omar A. (2002). Rezar, soplar, cantar: análisis de una lengua ritual desde la etnografía de la comunicación. En Forma y Función No. 15. Universidad Nacional de Colombia. Departamento de Lingüística. Pgs. 119-140.