Mitología kogui

El pueblo kogui se caracteriza por ser muy espiritual, el equilibrio entre el cosmos, la naturaleza y el ser humano es vital, por esta razón sus creencias y costumbres están tan arraigadas en su gente y su patrimonio cultural es tan rico. La sociedad kogui es segmentaria siendo los mamas-caciques jefes autónomos de una comunidad y a su vez portadores de la tradición oral e intermediarios en los conflictos sociales para los cuales utilizan los mitos. El mama funciona como mediador entre el mundo terrestre y el más allá. La intervención del mama es necesaria para apaciguar las amenazas y los castigos de los ancestros debido a las faltas cometidas por los seres humanos.

El mito para la comunidad kogui cumple un papel fundamental, ya que es utilizado en los “consejos”, para examinar una falta social. El mito es utilizado como ley, en las narraciones se encuentran las biografías de los ancestros míticos. Por lo tanto, un aprendiz de mama debe memorizar la trayectoria de los ancestros, su genealogía, los lugares donde se presentaron los sucesos importantes, etc. En el momento de solucionar un pleito el mama escoge la narración adecuada y la adapta según el caso, de esta forma el mito se convierte en el diálogo entre el acusado, el mama y la comunidad, ya que un acto social no sólo perjudica a la persona implicada, sino también a la comunidad.

Los koguis son politeístas, creen en muchas divinidades y alrededor de estas se tejen diferentes tipos de historias y la cosmovisión de este pueblo. Por ejemplo esta Seiyankua, es el hermano mayor de Makuyantana y de Sukukui, se cree que es el creador de la tierra; de los metales, de la piedra; es también el creador del ser humano. También está Sukukui, quien fue el que hizo el mar. Makuyantana o Jantana, es el hermano menor de Sukukui y Seiyankua, es considerado el creador del fuego. Duguenabi, hijo también de Aluna y hermano de los tres anteriores, fue quien trajo a la tierra los animales perjudiciales como los ratones y gusanos que dañan los sembríos y los pájaros que dañan la fruta. Pero todas estas divinidades tienen su origen en el “mito de origen”, narración que cuenta cómo comenzó todo, cómo se creó el mundo y cada una de las cosas que se encuentran en él. A continuación se presentará una breve narración del mito de origen:

 

En un principio no existía nada y el Pensamiento- Madre se cernía sobre la oscuridad y sobre el mar; todo existía en Aluna, Madre del Pensamiento.

Aluna Java era el pensamiento y el pensamiento es el origen de todo ser. De aquí depende todos los seres espirituales, misteriosos y poderosos, creadores del mundo en el cual vivimos como: Skukui, Seiyankua, Kajantana, Seinekun, Duguenavi y Seraira. La creación del mundo se efectuó en dos etapas desconocidas por los occidentales; según las leyendas que nos cuentan los mama y los ancianos de nuestra raza, sabemos del mundo que existió al principio, en la oscuridad, cubierta la tierra en ese entonces de gases que algún ser misterioso creó.

Cuando el pensamiento Madre quiso, apareció la luz: el sol, la luna, los planetas y todas las luminarias que existe en el firmamento. Todavía entonces no había ser viviente, sólo seres inanimados como la piedra, el agua y la tierra, pero no era laborable.

Después de pasado un tiempo apareció la vida en el agua como las algas, pero todavía Aluna no había hecho tierra buena, ni hombre ni animales, ni peces en el mar.

Entonces fue cuando Aluna Java parió un hijo a quien le puso por nombre Seiyankua; después parió otro denominado Sukukui, luego otros: Makuyantana, Seraira y Seinekun. Todos estos tuvieron una gran labor en la creación del mundo.

La Madre-Pensamiento, Aluna Java, hizo cuando le pareció un ser humano sin huesos, sin ojos, sin pies, sin manos, lo cual no representaba nada, ni trabajaba, era como gelatina; viendo ella que esto no servía hizo al hombre con huesos, ojos, pies y manos, pero no hablaba ni trabajaba; por último, hizo al hombre normal con huesos, ojos, pies y manos, éste si hablaba y trabajaba. Fue entonces cuando Sikuku, Seiyankua, Seraira, empezaron a hacer cada uno su trabajo sobre la madre tierra según Aluna les había recomendado.”

 

Nota: Esta historia fue contada por los Mamas Arregocés Pinto, Miguel Gil, Santo Mojica y otros mayores de la comunidad.” (CORONADO, 1993)

 

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Bibliografía citada y consultada:

Fisher, Manuela y Th. Preuss, Konrand (1993). Mitos Kogui. Abya – Yala. Quito – Ecuador.

Coronado Conchala, Basilio (1993). Historia, tradición y lengua. Presencia Ltda. Bogotá.