Mito de origen de los ticunas
Publicado: 21 noviembre, 2023
- Actualizado: 28 noviembre, 2023
- Por: Yaty Andrea Urquijo Ortiz
Por: Camilo Vargas Pardo
Versión de la abuela Juliana Rufino, nacida en Mariawaçu, Brasil; habitante de San Sebastián de Los Lagos, Leticia.
“… antes de la pelea la mujer de Gútapa fue a la chagra a desyerbar
no estaban en pelea porque teníamos que nacer
después de que ya estaban en esto fue que le picó a Gútapa la avispa en su rodilla y se le
empezó a hinchar y él decía “mírame, mírame”
vio en su rodilla que esto se le había hinchado y ahí estaban los niños
en una rodilla estaban las mujeres y en otra los hombres
ellos ya tenían presentimiento de que en tal día iban a salir
cuando ya estaban grandes salieron al salir ellos crecieron como cualquier ser
humano cuando ya eran jóvenes ellos ya empezaron a casarse
como ellos ya tenían esa sabiduría de que tenían que poblarse
y de ahí fue que surgieron los diferentes clanes el clan de tigre, de cascabel, de paujil y otros
se casaron entre ellos mismos para poderse multiplicar de ahí fue que surgió
que se fueron para el lago Eware donde hoy son encantados, hoy en día todavía están allí
en ese lugar donde está todavía vivo el abuelo Gútapa y él anda todavía cojo
anda cojeando camina mal
por eso es que hoy en día le llama Gútapa y la gente mucho le recuerda y le piensan en él
y le respetan por que él es el creador y hoy en día los blancos les gusta preguntar por él y muchas veces
les cuentan cómo surgió el dios creador Gútapa la historia de Gútapa
todos los abuelos cuentas sus versiones según lo que los abuelos de ellos les han enseñado
también como ellos son como espíritus ellos crecen rápido cuando ya se hicieron jóvenes
lo primero que hicieron con las mujeres es hacer pelazón y en el medio de la casa que queda
en Eware le hicieron sentar a las dos hijas
a esas niñas les pintan con el huito lo mismo él y lo decoran con diversas variedades de plumas
y en ese momento él tiene una canción muy especial que canta a las muchachas y
que yo hoy no me acuerdo
dedicado solamente a las muchachas y que solamente cantaba mi abuela
hoy en día muchos de los abuelos que viven cerca lo escuchan en el lugar sagrado en
Eware.”
El proceso de transcripción del relato de la abuela estuvo sujeto a la labor de traducción que hizo doña Ruth Lorenzo. Después de grabar el relato, gracias a la mediación de la curaca, procedíamos juntos a escuchar una y otra vez la grabación para que ella pudiera ir traduciendo al castellano la versión registrada. De esta manera, la trascripción se aferra a la selección de las palabras, a las pausas y a las acotaciones que hace la traductora en el difícil ejercicio de transferir un relato mitológico, originario de la lengua ticuna, al molde del castellano.
La transcripción presentada procura entonces mantener el tono y el ritmo, provenientes de la oralidad, a partir de espacios en blanco entre palabras y renglones, los cuales distinguen su naturaleza oral y lo diferencian del texto escrito. Sin embargo, en contadas ocasiones incluyo comas para facilitar la comprensión de la narración, que de hecho es difícil de captar en una primera lectura.
Análisis del relato
En este corto relato se puede notar diversas características del relato oral. En su libro Oralidad y Escritura Walter Ong (1987) se pregunta sobre el modo en que la tradición oral memoriza sus relatos, para responder identifica nueve “psicodinámicas de la oralidad”, las cuales sirven como fórmulas que facilitan la actualización del relato en el discurso oral. En esta versión es posible identificar algunas de las psicodinámicas que propone Ong; por ejemplo, la proliferación de conectores como y, cuando y como; la utilización de epítetos como el abuelo Gútapa o Gútapa el dios creador; la redundancia que se nota a propósito de la cojera de Gútapa: y él anda todavía cojo, anda cojeando, camina mal; la importancia que se le da a la tradición oral en aras de conservarla como cuando se dice todos los abuelos cuentan sus versiones según lo que los abuelos de ellos les han enseñado también; entre otras, las cuales muestran un mecanismo diferente al escrito de forjar el pensamiento de una cultura:
En una cultura oral primaria, para resolver eficazmente el problema de retener y recobrar el pensamiento cuidadosamente articulado, el proceso habrá de seguir las pautas mnemotécnicas, formuladas para la pronta repetición oral. El pensamiento debe originarse según pautas equilibradas e intensamente rítmicas (…). El pensamiento serio está entrelazado con sistemas de memoria. (Ong 1987: 41)
Además de los elementos formularios que facilitan la memorización de los relatos; debido a la naturaleza dinámica del mito, que cambia en las diversas versiones, es posible captar constantes y variables. Las divergencias entre las versiones están relacionadas con las condiciones que rodean la actualización del relato; por ejemplo, la intención del emisor cambia dependiendo del público que vaya a oír el mito y, en ese sentido, también cambia su versión. Los aspectos del mito de Gútapa que repite esta versión, con respecto a otras, son: la pelea entre Gútapa y su mujer, la picada de la rodilla, el crecimiento de personas (Yoi e Ipi) dentro de la rodilla, la conformación de los clanes, la laguna sagrada de los ticuna y una clara referencia a la necesidad de hacer la pelazón.
Asimismo, se encuentran elementos divergentes traídos a colación a propósito del caso particular de mi rol como receptor, como la parte en que se dice que a los blancos les gusta preguntar por Gútapa. Esta incorporación que la abuela Juliana hace en su versión está, evidentemente, incluyendo mi participación en el evento de evocar al dios creador Gútapa; gracias a esto se muestra, nuevamente, el modo en que el relato sirve, en la tradición oral, como recurso reflexivo sobre los acontecimientos que llaman la atención del indígena. En este caso se está señalando la intervención del hombre blanco en la actualización del mito; es decir, que la referencia al blanco que pregunta por Gútapa muestra los cambios en las dinámicas culturales que acontecen con el contacto interétnico: si antes los abuelos contaban sus versiones para que sus hijos y nietos aprendieran su cultura, ahora también lo hacen por petición de los blancos.
Por otro lado, se evidencia la importancia que tiene Gútapa para la abuela Juliana. Ella ubica a su dios en la actualidad y en un lugar geográfico existente, en la laguna Eware donde tuvo lugar el nacimiento de los ticuna; pareciera que la realidad del mito desconociera las barreras temporales y que su ubicación determinada por la fe asegurara su existencia.
Como ya antes se ha mencionado, es evidente que, para el indígena de la tradición oral, el relato funciona como un instrumento que orienta su vida cotidiana regulando las dinámicas sociales y el devenir cultural de la comunidad. Sin embargo, es preciso señalar que las relaciones interculturales también son motivo de reflexión para el indígena; pues, a través de relatos como el de la abuela Juliana o el del “cortacabezas”, se evidencia una “lectura” permanente del contacto con el blanco. El relato oral afecta el imaginario del grupo por medio de sus señalamientos, de este modo se propicia una posición reflexiva frente al intercambio cultural. Este mecanismo resulta efectivo para fortalecer las formas de resistencia cultural; en el caso del relato del “cortacabezas” su influencia sobre el imaginario popular es tan fuerte que las relaciones con los extranjeros, asimilados con el “gringo” del relato, han adquirido un aire de sospecha y prevención muy significativo entre los indígenas.
En este relato hay otro aspecto muy importante: la conciencia de supervivencia cultural. El acto reproductivo gracias al cual el ticuna puede poblar el Amazonas debe ser asumido a través de la pelazón, por medio de esta ceremonia el ticuna recuerda su origen y conserva las costumbres que lo identifican como tal. En el relato es apremiante que las jóvenes realicen la ceremonia que sus descendientes tendrán que revivificar para poder poblarse cuando tengan su primera menstruación; en la fiesta son identificadas como ticuna en una especie de bautizo que denota su cambio de estado:
La joven menstruante representa el “nacimiento” de una “nueva mujer”; simboliza la continuidad del género humano en un sentido biológico y social; es fertilidad en potencia y la responsable de la socialización de los futuros hijos (Camacho 1996: XXI).
Las jóvenes son ungidas con el zumo del huito, quedan pintadas de negro como si estuvieran rememorando al dios Ipi que se rayó él mismo al estar rayando el huito para la pelazón del tiempo mítico. Este acto ritual muestra la conmemoración de su origen y la reafirmación de su identidad, celebradas por todos los familiares en la fiesta. Allí sus bailes expresan la unión que los fortalece como grupo: se agarran de los antebrazos, se abrazan o simplemente ponen sus manos sobre otros bailarines para seguir su ritmo, y todos se mueven como si fueran uno describiendo un vaivén, de adelante hacia atrás, una y otra vez. Además, como se verá en la descripción de la fiesta, a través de ésta se fortalecen los lazos sociales, pues se facilita las alianzas matrimoniales entre los diferentes clanes.
Bibliografía citada y consultada:
Ong, Walter (1987).Oralidad y escritura, tecnologías de la palabra. Fondo de Cultura Económica. México.
Camacho G., Hugo A; Huaines, Federico J.; Tamos del Aquila,Sergio y Cardenas, Miguel (1996) . Nuestras caras de fiesta. Tercer Mundo Editores. Bogotá.