El español de Colombia propuesta de clasificación dialectal

Reseña de: “MONTES GIRALDO, José J. (1982). “El español de Colombia propuesta de clasificación dialectal”. En: Thesaurvs – boletín del Instituto Caro y Cuervo, tomo XXXVII. Enero-abril de 1982. Número 1. Bogotá. Pgs 23-92.

I. Algunas cuestiones previas

Después de tantas discusiones sobre lo que es lengua, habla, dialecto, jerga, sólo se puede concluir que el sistema mantiene un variedad esencial, de tal forma que: “De modo que la lengua definida como sistema unitario puede ser una abstracción útil y más o menos justificable en el plano teórico pero imposible de comprobar sino de modo muy parcial en el funcionamiento efectivo del habla.”.
Ahora bien, surge un gran cuestionamiento: ¿Es posible delimitar un dialecto de forma adecuada?, sí es posible siempre y cuando se tenga una concepción adecuada de lo que es lengua y dialecto; siguiendo esta línea de ideas se definiría lengua como un conjunto de subsistemas parciales unidos por lazos más histórico-políticos que puramente lingüísticos, y dialecto como variante de una lengua delimitada en el espacio, en el tiempo y en la estructura social. Otro elemento fundamental que se debe tener en cuenta para delimitar un dialecto es “la norma”, el cual es definido como un criterio objetivo de delimitación de dialectos. La norma se divide en dos: la norma funcional es utilizada para establecer distinciones pertinentes del código, y la norma formal es la que se mantiene por la presión social del grupo, pero que no afecta el contenido del mensaje. Para delimitar un dialecto se deben establecer normas en las que basará la delimitación, por otra parte el elemento arbitrario sigue estando presente. Las normas limitan la arbitrariedad pero no la excluyen.
Para definir un dialecto son las variantes fónicas las que se toman en cuenta primero, pero es el dialectólogo el encargado de precisar cuántas y cuáles son las normas tomadas en cuenta, en esta decisión influyen factores extralingüísticos. Los dialectos no son puramente definidos basándose en la tradición lingüística, son otras ciencias las que aportan ideas claramente aceptadas. Se define entonces desde esta perspectiva el término de dialecto como “variante idiomática delimitada según una norma o conjunto de normas”.

II. Español y sus dialectos

Se han realizado algunos trabajos intentando dar una clasificación dialectal, en donde se han enumerado algunos dialectos con breves descripciones fónicas, sin explicitar los criterios según los cuales se determinan los diversos dialectos y su pertenencia a la lengua española. Para intentos de una clasificación dialectal general, se han tenido en cuenta discusiones sobre el carácter del español americano y sus relaciones con el español peninsular. Al discutirse el origen de diversos rasgos del español americano y advertirse su esencial similitud con fenómenos peninsulares comenzó a hablarse del español atlántico, para denominar un gran conjunto dialectal extendido a uno y otro lado del océano. A partir de estas observaciones se propone una primera división dialectal del español, el español centro-septentrional y el español meridional. Para el caso de Colombia, se toma un rasgo claramente marcado que diferencia a las dos zonas propuestas. Es el caso de la aspiración de la -s, este rasgo presenta una serie de alteraciones en los sistemas fonológicos y morfológicos. Para este rasgo en particular, que nos da como resultado una primera bipartición dialectal, presenta unos determinantes históricos, como los son el factor cronológico, el factor comercial y el factor administrativo-cortesano.

 

III. Una posible división dialectal del español de Colombia

Una primera división es adoptada en el Atlas colombiano del Instituto Agustín Codazzi (Bogotá, 1977), en donde la comunidad criolla de Colombia se divide en ocho grupos: costeño, caucano, antioqueño, santandereano, cundiboyacense, llanero, tolimense y nariñense. Desde el punto de vista de la lingüística se proponen siete grupos: costeño (atlántico y pacífico), antioqueño, nariñense-caucano, tolimense, cundiboyacense, santandereano y llanero.
Se presenta una gran diferenciación entre el costeño y los demás dialectos del interior, esto sucede por los rasgos tan particulares que posee este dialecto, rasgos adquiridos por la influencia del superdialecto andaluzado. Esta diferencia es evidenciada por los siguientes rasgos: la -s implosiva, se produce aspiración, pérdida total o influjo ensordecedor sobre sonidos sonoros. Neutralización y pérdida de /r/ – /l/ posvocálicas, supresión de la -r en final de palabra, cambio por -l, entre otros. Articulación de la -n, rasgo característico del dialecto costeño. Articulación de la /č/, pronunciación fuerte se asemeja a [tš]. Conservación de muchas antiguas haches, se pronuncia casi toda h antigua: jambre, jiraca, bijao, jembra, etc. Tendencia a pronunciar como hiatos una serie de grupos vocálicos que son diptongos en el interior del país. Se encuentran también algunos rasgos particulares a nivel gramatical y lexical.
Con base al estudio realizado para el Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia, se presenta una delimitación aproximada de las dos superzonas dialectales en Colombia y a su vez las posibles divisiones de estas. Se puede considerar como superzona costeña la zona que abarca los siguientes departamentos: Chocó, Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena, Guajira y Cesar; las poblaciones de Tumaco, Patía, Barbacos e Iscuandé, en Nariño; Timbiquí y Mechengué, en el Cauca; Buenaventura, en el Valle; Turbo, Chigorodó, Nechí, Caucasia, Cáceres y Zaragoza, en Antioquia; el departamento del Norte de Santander (exceptuando su extremo sur: Cáchira, Herrán, San Bernardo de Bata, Pamplona y Chitagá); Bocas del Rosario y Pto. Wilches, en Santander; Arauca, en la comisaría de Arauca, y Orocué y Trinidad, en Casanare. La división de las dos superzonas dialectales del español de Colombia quedaría como lo muestra el siguiente mapa:

Mapa de zonas dialectales.

 

Por otra parte, estas superzonas pueden ser divididas en otras zonas más pequeñas y a su vez es en subzonas, entonces de la superzona costeña se presenta una primera división: el costeño pacífico y el costeño caribe, estos a su vez se dividirían en septentrional y meridional, para el costeño pacífico; cartagenero, samario, guajiro y costeño caribe interior, para el costeño caribe. Para la superzona andina encontramos la zona oriental y la occidental, y estas se dividirían en tolimense-huilense, cundiboyacense y santandereano, para el andino oriental, y nariñense-caucano y antioqueño, para el andino occidental. Esta división se representa explícitamente en el siguiente cuadro:

 

Cuadro de variedades.

 

IV. Algunas conclusiones

1. Los materiales del ALEC permiten determinar una serie de superzonas, zonas y subzonas dialectales con base en fenómenos lingüísticos bien establecidos, en normas precisas delimitadas según los métodos de la geografía lingüística.

2. Para la clasificación dialectal de variantes monosistemáticas se podría usar el siguiente esquema:
a. Superdialecto: Conjunto de variantes delimitado con base en una serie de normas funcionales que lo identifica frente a los demás dialectos.
b. Dialecto: Conjunto de variantes agrupales por al menos una norma funcional que las identifica frente a los demás dialectos.
c. Subdialecto: Subdivisión de un dialecto que se determina por normas formales (fonéticas o morfosintácticas) o por variantes léxicas.
d. Habla: Subdividisión de un dialecto o un subdialecto que, dentro de las mismas normas funcionales de éstos, varía en un conjunto de normas formales (fónicas o morfosintáticas) o meramente léxicas.

3. Los fenómenos fónicos y gramaticales son los que permiten realizar una división dialectal correcta y claramente evidenciada, por tal razón no se toma el influjo de las lenguas indígenas en el español como criterio para la zonificación dialectal, ya que este influjo ha sido sobre todo en el aspecto lexical.