El contacto entre dos comunidades con idiomas diferentes puede dar lugar a la creación de nuevas lenguas

Los sabires o pidgins son el resultado de la mezcla de dos lenguas, nacidas para resolver ciertas necesidades de comunicación -comerciales, administrativas, etc.-, por lo que su sistema lingüístico es muy restringido. Se estima que el número de palabras de un pidgin oscila entre 300 y 1.500. Son pocas, si las comparamos con el número de palabras que tiene un hablante de una lengua normal como el inglés -entre veinticinco y treinta mil-, pero permiten la comunicación como en cualquier otra lengua. Un ejemplo de lengua híbrida es la utilizada como lengua comercial en Extremo Oriente, basada en el léxico inglés y en la estructura gramatical y sintáctica del chino.

Cuando un pidgin se convierte en lengua materna de una comunidad se denomina lengua criolla. Las lenguas criollas surgieron entre 1500 y 1900 en las islas tropicales o en lugares aislados habitados por una minoría de europeos y una gran masa de agricultores, normalmente esclavos, procedentes, en la mayoría de los casos, de numerosos grupos lingüísticos.

Estos adultos crearon en un primer momento unas lenguas simplificadas y con una capacidad de expresión limitada, el pidgin y, más tarde, sus hijos inventaron el criollo. La conversión de un sabir en criollo ocurrió, por ejemplo, en las plantaciones caribeñas en la época colonial o en las islas del Pacífico durante el pasado siglo.

Así surgieron el papiamento (lengua criolla hablada en la islas de Aruba, Bonaire, Curaçao y San Martín, mezcla de portugués, holandés, español y lenguas africanas), el palenquero (lengua criolla hablada en la ciudad colombiana de San Basilio de Palenque basada en el español con influencias de algunas lenguas africanas) o el chabacano (lengua criolla hablada, sobre todo, en la ciudad filipina de Zamboanga, que utiliza el vocabulario español, pero con estructuras gramaticales del tagalo y cebuano).