Campo y tareas de la etnolingüística de Colombia

 

Caratula del libro Sobre Etnolingüística y Otros Temas

Reseña de: PATIÑO ROSSELLI, Carlos (2000). “Campo y Tareas de la Etnolingüística en Colombia” En: Sobre Etnolingüística y Otros Temas. Instituto Caro y Cuervo. Bogotá: Imprenta Patriótica. Pgs 21-26.

En este artículo, el doctor Patiño presenta inicialmente un panorama general sobre el campo de la etnolingüística, delimitándolo y definiéndolo claramente, para luego profundizar en el desarrollo histórico de esta disciplina en nuestro país, especialmente en los estudios sobre lenguas indígenas y criollas. Finalmente, a medida que el autor va desarrollando sus planteamientos, igualmente, va sugiriendo posibles áreas de investigación en etnolingüística colombiana que aún no han sido abordadas, por lo cual es posible afirmar que este texto aún posee vigencia en la actualidad para quien trabaja temas de corte etnolingüístico. El autor inicia señalando que la etnolingüística surgió en la segunda mitad del S. XX dentro del marco de la aparición de otros campos lingüísticos de carácter interdisciplinario como la sociolingüística, la psicolingüística, la neurolingüística, la textolingüística, la lingüística matemática y la etnolingüística, entre otras. Esta última habría surgido como un espacio para investigar las relaciones entre los hechos lingüísticos y su contexto cultural a raíz de preocupaciones conjuntas de antropólogos y lingüistas, los primeros por develar la estructura de las sociedades (antropología estructural) y los segundos por el estudio de los sistemas lingüísticos (lingüística estructuralista saussireana).
Pese a esta identidad mixta de la etnolingüística sería posible, de acuerdo con el doctor Patiño, establecer una serie de cuestiones comunes que aborda esta disciplina: 1) relación lenguaje – percepción del mundo: aquí se han establecido propuestas como la hipótesis del “relativismo lingüístico” de E. Sapir y B. Whorf según la cual la estructura de una lengua condiciona la percepción de la realidad y la conducta de los hablantes; 2) el sistema de significación cognoscitiva de las lenguas y sus implicaciones culturales particulares: en este aspecto, la etnolingüística se ha nutrido con los aportes de la semántica en cuanto al análisis del significado léxico en sus componentes mínimos, ya que la cultura se concibe como un sistema cognitivo organizado en dominios semánticos reflejados en el léxico; 3) la red de distinciones nocionales o “clasificación de las ideas” en las lenguas: se plantea que así como el estudio léxico-semántico ayuda a revelar la manera en que cada idioma conceptualiza la realidad, el análisis de la estructura gramatical en sus diferentes áreas muestra el conjunto de nociones que una lengua ha construido en categorías gramaticales; 4) características de la comunicación en un determinado grupo social: se destaca aquí la “etnografía de la comunicación” (o “del habla”) desarrollada por Dell Hymes que busca describir a partir de una perspectiva básicamente etnográfica la comunicación en todos sus aspectos y en su relación con un determinado marco socio-cultural. Sus dos conceptos principales son los de “competencia comunicativa” y “comunidad de habla”.

Ahora bien, el autor aclara que la investigación etnolingüística desarrollada en comunidades orales ha estado íntimamente relacionada con la descripción básica de las lenguas, ya que esta corresponde a una etapa inicial y básica de la exploración de la relación lengua-cultura en estos grupos; sin embargo, muchas veces se confunde el análisis etnolingüístico en profundidad con esta descripción inicial puramente lingüística de las lenguas.

Esto responde en gran medida a que la estrecha relación existente entre los diversos aspectos lingüísticos (descripción lingüística, estudios histórico-comparativos, vínculos lengua-cultura-sociedad) constituye una presión para concebir todas estas áreas como un solo gran campo de trabajo científico sin que por ello cada una pierda su carácter propio. A partir de esto, entonces, se definiría la etnolingüística como “el estudio de todas las cuestiones lingüísticas que atañen a los grupos indígenas y a ciertas comunidades de raza negra en el país”.

La Etnolingüística en Colombia

La investigación etnolingüística en Colombia se encontraría en dos esferas de trabajo principales, a saber la de las lenguas indígenas y las de las lenguas criollas, sin embargo, el autor enfatiza en que la repartición del interés científico entre estas dos áreas ha sido y es muy desigual, ya que mientras los vernáculos indígenas han sido objeto de estudio desde los tiempos coloniales, utilizándose en cada época el enfoque propio del momento, por el contrario, las dos lenguas criollas colombianas hasta hace muy poco tiempo habían sido incomprendidas en su naturaleza lingüística, no solamente por la sociedad mayoritaria sino incluso por miembros de las mismas comunidades donde se hablan. Esto en parte se debería a que el conocimiento científico sobre las lenguas “criollas” se empezó a difundir solamente a partir de la década de los sesenta. Lentamente, entonces, ha venido surgiendo un mayor interés en el estudio de los dos criollos del país y el número de trabajos lingüísticos, tanto de investigadores nacionales como extranjeros, sobre estas lenguas se ha incrementado ampliamente.

La Etnolingüística Amerindia

Se señala que la lingüística estudia las lenguas amerindias, así como cualquier otra lengua, desde tres perspectivas escalonadas, a saber la descriptiva – estructural, que enfatiza lo particular de la estructura de las lenguas, la tipológica, que busca clasificar los códigos verbales según los rasgos de su estructura y la universalista, íntimamente relacionada con el enfoque tipológico, ya que un comportamiento tipológico muy extendido llega a convertirse en una “tendencia universal”, la cual a su vez es una modalidad de universal lingüístico. Para el autor es claro que si bien el numeroso conjunto de lenguas indígenas del país constituye un horizonte amplio de investigación a diferentes niveles así como un precioso laboratorio para el examen de las hipótesis de la lingüística actual, aún se requiere estudiar la mayoría de nuestras lenguas aborígenes a profundidad, más allá de su estudio descriptivo inicial y básico. No obstante, se debe reconocer que el estudio de las lenguas indígenas colombianas ha avanzado mucho en los últimos tres decenios y en la actualidad tiene buenos augurios.
Es así como el autor hace un amplio recorrido por la historia de los estudios en lingüística aborigen colombiana, desde los estudios coloniales realizados por misioneros, los cuales eran da carácter evangelizador y etnocéntrico al tomar como base para la descripción la gramática latina, hasta los estudios más recientes, con corte predominantemente estructuralista, realizados dentro del marco de programas de posgrado en lingüística y etnolingüística, así como por diversas instituciones (Instituto Caro y Cuervo, Centro Colombiano de Estudios en Lenguas Aborígenes – CCELA, etc.). Este bagaje investigativo ha permitido establecer tanto la gran variedad estructural de las lenguas amerindias del país como algunos rasgos de cierta generalidad de suma importancia para la lingüística en general y para la lingüística comparada en particular (tonalidad, orden sintáctico encabezado por el objeto, uso de “clasificadores” y “evidenciales”).
Finalmente, en cuanto a los estudios sobre la relación lengua-sociedad-cultura, el doctor Patiño señala que ha habido una cierta actividad, todavía relativamente muy reducida, en esta área de la etnolingüística en sentido estricto y es de suponer que la reflexión en este campo se irá intensificando y diversificando paulatinamente, a medida que se vayan estableciendo las metas descriptivas, si bien un foco importante de investigación en este campo lo ha constituido el territorio del Vaupés, donde se dan fenómenos sociolingüísticos que han atraído la atención tanto de científicos extranjeros (A.P. Sorensen, Jean Jackson) como nacionales (Elsa Gómez, François Correa, Olga Ardila, entre otros).

La Etnolingüística Afroamericana

Para entender esta área de la etnolingüística es central el concepto de “lengua criolla”, ya que designa el resultado quizás más importante y concreto de la llegada de los africanos al Nuevo Mundo. Las lenguas criollas constituyen un subgrupo muy específico de lenguas en razón de sus características genéticas, estructurales y sociolingüísticas. Estas lenguas han surgido en épocas relativamente recientes (S. XV a S. XVIII) en África, Asia y América como producto de situaciones de contacto entre grupos étnicos con lenguas diferentes, en un proceso que permite pasar de un “pidgin”, o jerga de contacto inicial, a un criollo a través de la “nativización”; es decir cuando este pidgin se convierte en lengua materna del grupo. En esta medida el debate central en relación con el origen de las lenguas criollas ha girado en torno a su estructura, que es sorprendentemente similar en diversos aspectos, se atribuye o bien a características innatas e universales del lenguaje humano, teoría planteada inicialmente por Dereck Bickerton, o bien se debe más a la influencia de las lenguas “de substrato” (las ancestrales), o bien quizás por la acción combinada de diversos factores (tendencias innatas y universales, substrato, otros idiomas de la situación de contacto, etc.).
La estructura de los criollos contrasta con la de las otras lenguas del mundo por su notoria tendencia a la simplicidad y economía, ya que, por ejemplo, a nivel fonológico estas lenguas no exhiben fonemas que no sean articulatoriamente naturales y presentan escasa variación alofónica y complejidad en la estructura silábica. En el plano gramatical, igualmente, los criollos se caracterizan por la poca complejidad en su estructura morfológica. Además, debido a las condiciones de su origen, es natural que los criollos tengan mezcla de elementos de diversas fuentes; el dialecto isleño tiene como lengua lexificadora el inglés, mientras que el palenquero guarda la misma relación con el español. Los trabajos descriptivos que se han hecho sobre estas dos lenguas han mostrado la marcada diferencia gramatical entre cada una de ellas y frente a su respectiva lengua de superestrato.
Otra línea de investigación en este campo se ha enfocado a la identificación de los elementos de origen africano y portugués en nuestros vernáculos criollos. Para el dialecto del archipiélago J. Edwards señala un cierto número de africanismos del léxico sanandresano estudiados que provienen mayoritariamente de lenguas del grupo Kwa de la Costa de Oro, mientras que para el criollo palenquero se ha señalado la presencia de esquemas sintácticos y morfemas de origen bantú. El rastreo de los posibles elementos de origen portugués, cuestión central para la hipótesis “monogenética”, tiene hasta ahora un balance de pocos pero importantes morfemas. Finalmente, el contexto sociolingüístico de estos dos criollos es diferente, ya que en San Basilio se da una situación de “diglosia” entre el vernáculo y la lengua nacional si bien el español arrincona cada vez más al palenquero. En cambio, la situación sociolingüística de las islas se ha analizado como un “continuo” o sea como un sistema diferenciado internamente, de manera gradual, entre unas variedades más cercanas al idioma del superestrato (el inglés estándar) y otras más alejadas de éste (el criollo sanandresano).

En conclusión, podría decirse que este texto es un referente obligado para comprender de manera holística el panorama de los estudios etnolingüísticos en nuestro país, ya que, además de hacer un recuento sobre los debates y planteamientos centrales en esta disciplina lingüística, se presenta un marco general de las obras más importantes que sobre etnolingüística se han realizado en el país

 

Bibliografía citada y consultada

Patiño Rosselli, Carlos (2000). “Campo y Tareas de la Etnolingüística en Colombia” En: Sobre Etnolingüística y Otros Temas. Instituto Caro y Cuervo. Bogotá: Imprenta Patriótica. Págs. 21-26.