Algunos problemas de clasificación de las lenguas arawak

Por: Liz Castro


Reseña de: MOSONYI, Esteban Emilio (1993). “Algunos problemas de clasificación de las lenguas arawak”. En: RODRÍGUEZ DE MONTES, María Luisa. Estado Actual de la Clasificación de las Lenguas Indígenas de Colombia. Instituto Caro y Cuervo. Bogotá. Imprenta Patriótica. Pgs 165 -188.

Continuando con la presentación de los artículos que forman parte de las memorias del Seminario-Taller: estado actual de la clasificación de las lenguas indígenas de Colombia, presentamos este artículo del eminente lingüista venezolano Esteban Emilio Mosonyi.

En este texto se abordan de manera general los problemas específicos a los que se ven enfrentados los lingüistas que se dedican al estudios de las lenguas pertenecientes a la Familia Lingüística Arawak, ya que debido a las diferencias estructurales y las características propias de cada lengua, es sumamente complejo realizar trabajos de tipo comparativo que permitan develar el origen y evolución de esta gran Familia Lingüística, de gran tradición y extensión geográfica a lo largo del continente y a la cual pertenecen 9 lenguas aborígenes colombianas, entre ellas el wayuunaiki, una de las más reconocidas del país.

La Familia Lingüística Arawak presenta una enorme complejidad tanto en relación con las lenguas y variantes que la conforman como con las lenguas aparentemente limítrofes a ella, las cuales podrían estar emparentadas con las lenguas arawak y servir de enlace con otras familias lingüísticas, pero que por alguna razón han sido ubicadas en una misma “superfamilia”, de acuerdo con autores que manejan hipótesis clasificatorias más totalizantes y ambiciosas.

Las lenguas de la Familia Arawak se caracterizan por su dispersión sobre vastos territorios difícilmente accesibles – selváticos, sabaneros y semiáridos – y muy a menudo son habladas por etnias muy reducidas, cuando no por hablantes individuales de edad avanzada en comunidades ya desintegradas o con fuertes procesos de aculturación. Esto se hace evidente aún sin recurrir a estadísticas y estudios especializados y solamente los programas de etnodesarrollo con un fuerte componente de revitalización lingüística podrán frenar o eventualmente revertir esta situación de pérdida y generar fenómenos inversos de recuperación étnica y cultural extensivos a la lengua nativa. Otra característica de la familia es su configuración en cierto modo discontinua y fragmentada en la mayor parte de su territorio.

Mientras que en otras Familias Lingüísticas prevalecen gradaciones diasistémicas sin solución de continuidad, en las lenguas arawak se presentan variaciones bruscas y cambios profundos incluso entre etnias muy afines.

A pesar de las apariencias, no existe un continuum lingüístico arawak salvo en zonas muy específicas como es el caso del curripaco. Esta diversidad se complejiza aún más si se observa las lenguas arawak en su conjunto global, ya que es sumamente difícil encontrar marcas estructurales morfosintácticas que permitan realizar trabajos de tipo comparativo con cierta comodidad. Entre estas marcas se encuentran: el prefijo asignativo ka- y su contraparte, el privativo -ma; división de los sustantivos en absolutos y relativos, también llamados poseídos; diferenciación nítida de los verbos en narrativos y descriptivos también llamados “adjetivos conjugables”; la presencia – no universal pero sí mayoritaria, del sufijo verbal conjuntivo -ka; la existencia del sufijo intransitivizador -wa o del causativo -ta; etc. Estos rasgos, junto algunas coincidencias léxicas diacrónicamente defendibles y de aceptable consistencia fonológica, suministran los criterios necesarios para establecer una relación genética indiscutible. Es, sin embargo, importante insistir en la relativa magnitud de los rasgos y elementos comparables en el seno de la familia arawak.

Por ejemplo, se manifiesta la presencia universal de tres prefijos pronominales (pi- segunda persona singular, na- tercera persona plural y wa- primera persona plural). Las variantes diacrónicas y a veces sincrónicas de estos morfemas no cambian para nada esta evidencia, sin embargo, el resto de los prefijos pronominales no presenta la misma homogeneidad, ya que incluso el clásico prefijo un- (primera persona singular), que motivara la denominación de “Familia un-arawak” de Von den Steinen, es universal sólo en la rama meridional de la familia, al menos en su mayor parte. En las lenguas septentrionales – que abarcan las islas y costas caribeñas – se encuentra el prefijo da-, con sus transformación en ta- en guajiro y paraujano. Esto complica aún más el panorama, ya que ta- se da igualmente en sikuani, lengua de la Familia Lingüística Guahibo, con la misma significación.

El propio sufijo un- suscita interrogantes aún mayores, ya que ocurre en lenguas de la familia yuto-azteca con el mismo significado y es sabido que en multitud de lenguas en diversas partes del mundo los fonemas nasales “m” y “n” forman parte de morfemas indicadores de primera persona singular y plural. De todas maneras, la multiplicidad de lenguas y familias que no usan ni “m” ni “n” para indicar primera persona dificulta la formación de cualquier criterio coherente sobre la materia.
El prefijo wa- también es compartido con el sikuani y al realizar una comparación superficial de los prefijos pronominales del guajiro (familia arawak) y del sikuani (familia guahibo) se obtienen casi tantas similitudes como si se realizara una comparación entre el guajiro y el piapoco (ambas de familia arawak), si bien cabe aclarar que el simple hecho de poseer prefijos pronominales es también demasiado común como para atribuirle algún carácter de indicador genético, si bien en el mejor de los casos sería un indicador tipológico. Sin ir más lejos, las lenguas caribes, tupí-guaraníes y muchas lenguas independiente del área amazónica vecinas de la familia arawak, presentan también prefijos pronominales.

Mayor especificidad reviste para el reconocimiento de estas lenguas los prefijos complementarios ka- (asignativo) y ma- (privativo) que se presentan en todos estos sistemas lingüísticos con el mismo valor semántico fundamental. Esta pareja de morfemas reviste una importancia especial ya que su aparición impone claramente la idea de herencia a partir de un ancestro común, si bien su complementación por sufijos diferentes aún en las lenguas donde se conservan fonéticamente podría oscurecer en algún momento su origen etimológico. En conclusión, siempre que se encuentran excepciones o reparos para aceptar plenamente este criterio como indicador de filiación genética. Podemos, por ejemplo, señalar que la oposición estructural sustantivo absoluto vs sustantivo relativo y verbo activo vs verbo descriptivo o adjetival está más o menos desarrollada en otras familias lingüísticas del área y en muchas regiones remotas respecto al área geográfica central de estas lenguas.

En lo que se refiere al sufijo conjuntivo -ka, su presencia es suficientemente específica para servir de indicador de parentesco. Otro sufijo universalmente presente en este grupo de lenguas arawak es el intransitivizador -wa que suele expresar también reflexividad y reciprocidad. Sea como fuere, a estas alturas resulta sumamente claro que no se cuenta con muchos indicadores morfosintácticos para aproximar entre sí las lenguas objeto de estudio.

Igualmente, debemos tomar en cuenta un fenómeno al que se le podría llamar bajo perfil morfosintáctico de las lenguas arawak tomadas en conjunto y que consiste en la sencillez, estabilidad morfofonémica, regularidad y hasta cierto punto previsibilidad de los morfemas inflectivos y derivativos más característicos de estas lenguas, que las convierten en más representativas de los universales lingüísticos ya conocidos o potencialmente detectables, que de cualquier tendencia particularizante, diferenciadora o atípica en cualquier sentido, respecto de las demás lenguas del mundo. En términos generales, es difícil caracterizar las lenguas arawak como lenguas marcadas, de la forma en que sí es posible hacerlo con las lenguas indoeuropeas, camito-semíticas, bantúes o salish, por ejemplo. La Familia Arawak es una de las menos marcadas de Suramérica, que ya de por sí abunda en familias lingüísticas relativamente poco marcadas. Entre los aspectos que se pueden considerar generalizables para la mayoría de las lenguas arawak encontramos:

  • Fonología moderadamente rica y a veces hasta pobre en consonante y vocales.
  • Alguna presencia de rasgos suprasegmentales como longitud vocálica, acento de intensidad y raras veces tono musical.
  • Cierta presencia de prefijos en su mayoría personales o asimilables a estos y una riqueza mucho mayor en sufijos tanto inflexivos como derivativos ubicables en un orden rígido pero semánticamente previsible.
  • Morfología moderadamente sintética.
  • Secuencias a veces largas de verbos conjugados dentro de la oración en que cada verbo de la cadena subordina el verbo siguiente a su ámbito sintáctico.
  • Moderada explotación morfológica de las oposiciones de género y número.
  • Módica utilización de las posibilidades de composición nominal con el primer radical especificando el segundo.
  • Uso de posposiciones y conjunciones pospuestas con preferencia a preposiciones y conjunciones antepuestas, que también existen – Oraciones relativas basadas casi enteramente en forma verbales participiales.
  • Sistemas deícticos bastante ricos, elaborados y formalizados en estructuras regulares y cerradas.
  • Colocación preferente del sustantivo poseedor antes del poseído y del sustantivo núcleo del sintagma nominal después de los determinativos y cuantificadores, pero antes de los adjetivos atributivos.
  • Orden oracional preferido del tipo sujeto-objeto-verbo.

Otra característica importante de la familia arawak globalmente considerada es la atemporalidad del radical verbal sobre todo en relación con el presente y el pasado, ya que el futuro tiende a ser marcado por medio de recursos morfosintácticos, al menos en la mayoría de estas lenguas. Respecto a la expresión de categorías tales como aspectos, modos, voces y otras análogas, no existe uniformidad; además, no se marcan normalmente en forma obligatoria. En cualquier caso, la poca especificidad de la familia arawak es un hecho que debe tenerse muy en cuenta para estudios comparativos y diacrónicos.
Ahora bien, es importante volver la mirada a un criterio caracterizador relativamente nuevo, pero muy significativo y, en el caso de las lenguas arawak, de alto valor heurístico como lo es el criterio de la ergatividad. si bien los idiomas arawak no son ergativos, tampoco asumen fácilmente el rótulo de lenguas intermedias o activas cuyo prototipo es el guaraní. De acuerdo con Mosonyi, estas lenguas no son predominantemente ergativas, ni acusativas y ni siquiera activas, sino que responden a un tipo que se podría denominar “lenguas nominativas”. Se ha encontrado que en el wayuunaiki o guajiro y otras lenguas tipológicamente similares no se da una distinción tajante entre un predicado nominal y un predicado verbal. En otras palabras, el predicado verbal no es más que un predicado nominal más complejo, provisto de marcas categoriales, convirtiéndose así en una subclase dentro de la única categoría fundamental de predicado nominal.

Continuando con las dificultades con las que se encuentra un investigador de lenguas arawak, observamos una gran insuficiencia cuantitativa y cualitativa de la información disponible sobre estas lenguas. En el área del noroeste amazónico y de la Guajira sólo algunas lenguas han sido estudiadas o al menos descritas con un criterio lingüístico más o menos adecuado. Sobre el guajiro existen gramáticas meritorias – Mansen, Múgica, Olza y Jusayú – pero de valor desigual y con muchas fallas e incoherencias en la representación fonémica. En el noroeste amazónico, por otra parte, sólo el yavitero, lengua pariente cercana del baniva recién extinta, ha sido estudiado exhaustivamente, ya que todas las demás lenguas de la zona (baniva, baré, guarequena, piapoco y curripaco) sólo se conocen de manera limitada y fragmentaria.

A continuación, se expone un esbozo de una visión diacrónica referente a las lenguas arawak objeto de estudio. Su base de sustentación no ha sido aún suficientemente formalizada ni cuantificada, pero tiene la ventaja de incorporar tres tipos de criterios clasificatorios de alta pertinencia: cantidad y clases de fonemas compartidos, cantidad de cognados y similitudes morfosintácticas observables. Según esta hipótesis, el proto-warequena-piapoco estaría en posición casi equidistante entre tres ramas: el complejo lingüístico curripaco, el baré y el baniva-yavitero. Por otra parte, el baniva-yavitero puede conducir en dirección del guajiro-paraujano, mientras que el baré exhibiría alguna afinidad especial con el extinto caquetío. Cabe aclarar que el llamado complejo lingüístico curripaco se refiere a un continuum de topolectos y dialectos estrechamente emparentados y en el fondo agrupables en un solo sistema lingüístico, pero suficientemente diferenciados como para dificultar la intercomprensión, sobre todo entre los puntos extremos del área. En este sentido, los dialectos del curripaco constituyen un caso muy particular entre las lenguas arawak del noroeste amazónico, debido a su gran afinidad mutua frente a la diferenciación mucho mayor que presentan las demás lenguas del grupo tanto entre sí como respecto del curripaco.

En este mismo orden de ideas, hay que precisar que las denominaciones de adzáneni, karútana, katapolítani, siusí, moriwene, mapanai, hohódene, máulieni, ipeca, pauyaliene, karro y kapitémínavei, forman parte todas del complejo lingüístico curripaco, a pesar de que Loukotka las incluye en tres grupos distintos de la familia arawak, y también otros autores, entre éstos Kock-Grünberg y Omar González, tratan por lo menos algunas de ellas como lenguas distintas.

Para concluir, cabe resaltar que si bien la cuestión del proto-arawak y el surgimiento de las diversas ramas de la familia tienen su importancia como temas de investigación diacrónica de las lenguas amerindias, lo que actualmente reviste indiscutible prioridad es el estudio sincrónico exhaustivo de cada lengua individual en un contexto de planificación lingüística y cultural con miras a su revitalización, supervivencia y desarrollo endógeno.

 

Bibliografía citada y consultada:

Monsonyi, Esteban (1993). Algunos problemas de clasificación de las lenguas arawak. En Estado actual de la clasificación de las lenguas indígenas de Colombia. Instituto Caro y Cuervo. Imprenta Patriótica. Bogotá.